Por: Carlos Alzate

 

Hablar de direccionamiento creativo en nuestro diseño es hablar de fantasmas. Algunos lo ven, otros tienen pruebas no tan convincentes y hay quienes definitivamente no van a creer en él. ¿Existe? ¿Es acaso tan esquivo que como diseñadores no sabemos hablar de este concepto? Dejo claro que ante ustedes expongo reflexiones muy personales que no constituyen afirmaciones aceptadas por el gremio, pero sí un punto de partida hacia una discusión de crecimiento, pedagogía e incluso una dinámica de autoevaluación. En primer lugar, quiero resaltar que cuando se realiza la consulta en el imaginario colectivo o en la web, se encuentran diferentes miradas con respecto a la dirección creativa. El arte, por ejemplo, aporta una mirada curatorial y netamente estética, el cine un punto de vista más metafórico y conectado con la dirección de arte y fotografía, la publicidad lo posiciona desde la directriz única e indudable del ejecutivo de cuenta que cumple, en algunas ocasiones, simultáneamente el papel de director de arte y director de proyecto. Cabe comentar que desde el diseño gráfico, sólo encontré confusión con respecto al concepto. Resulta preocupante que nuestra profesión en Colombia no haya generado una pronta mirada al direccionamiento creativo.

 

La dirección creativa genera dinámicas diferentes a las de la dirección de arte, esa es la primera confusión que encontré. Dispondré entonces en mi reflexión de ambas profesiones desde el diseño gráfico. El director de arte es quien está a  cargo de aspectos netamente estéticos, de estilo, trabaja en conjunto con otros diseñadores o profesionales pero pronto se convierte en un vigilante de la estética. Es maestro en las referencias y debe tener una mirada integral y global de lo construido, lo actual y lo que puede ser tendencia. Sin embargo, la mirada del director de arte constituye, en muchos proyectos, la verdad absoluta. Cabe aclarar, que ambas profesiones tienen una participación necesaria y muy pertinente dependiendo del tipo de proyecto sin embargo el rol y las funciones son diferentes. Contrario a esto, el Director Creativo en el diseño gráfico constituye un alquimista del proceso de creación. Es él quien estaría a cargo de trabajar en dinámicas que apoyen al grupo a la construcción de las ideas. El director creativo es entonces quien administra el flujo de creación, siendo consciente de las etapas, habilidades, riesgos, posibilidades y necesidades, con la mirada desde la gestión. El no conoce a ciencia cierta el resultado, desconoce muchos aspectos y quizás no refiere los mismos referentes del director de arte, pero en esencia conoce bien la versatilidad del proceso creativo, la estructura, sus componentes y requerimientos y sabe entonces administrarlo. Conoce la fórmula para el brote de creatividad. Hasta ahora nubladamente, en Colombia se logra reconocer el papel del director de arte, no del director creativo.

 

Ahora bien, ¿qué sabemos nosotros como diseñadores gráficos sobre la dirección creativa? Podría decir abiertamente que muy poco o nada. Las generaciones legendarias del diseño se han formado más como directores de arte, que poseen grandes capacidades en estética y referencias globales muy prácticas a la hora de consolidar una buena propuesta. Sin embargo, irresponsablemente es poco lo que se habla desde la academia de una dirección creativa, quizás entre líneas, como un susurro a los procesos de formación del diseñador gráfico colombiano. La Dirección Creativa implica una formación disciplinada y responsable de la estética, sin embargo, su concentración debe estar puesta en la estructura de creación, en brindar las pautas necesarias para la formación de un equipo creativo interdisciplinar  que llegue a construir una idea completa, que no abarque netamente lo estético sino también lo conceptual, lo social, lo cultural, lo financiero, temas de los cuales los diseñadores ya deberíamos ser conscientes. La academia en su papel de entidad formadora en evolución, debe dar las bases sólidas para la formación de los nuevos parámetros del Diseñador Gráfico Colombiano y entender el valor de un direccionamiento creativo acertado como potenciador de la imagen y la construcción de discursos visuales.

 

Adicionalmente, si ponemos una posición más general desde el gremio, existe la misma despreocupación hacia el tema, sin incluso ser conscientes, en algunos casos, de la evolución a la que es sometida el diseño y que en pocos casos se decide aceptar. El imaginario colectivo del diseñador gráfico se ha quedado congelado en el tiempo, sigue siendo un profesional de desarrollo técnico y no uno que apoye al trabajo con las humanidades. Sin embargo, día a día crece la preocupación del papel del Diseño Gráfico en la sociedad Colombiana y su valor para el desarrollo humano sostenible de manera individual o cuando este trabaja en sinergia con otros profesionales. Nosotros mismos nos quejamos de ser máquinas de manipulación de vectores, pero no nos preocupamos por aspectos donde verdaderamente el diseño gráfico debe evolucionar. Por ejemplo, socialmente, hoy en día en el marco de un proceso de postconflicto y reestructuración social y cultural en nuestro país, los diseñadores gráficos tenemos un papel fundamental en la creación y transmisión de discursos visuales que apoyen dicho proceso. Sin embargo, en gran mayoría, no somos conscientes de ello. El Director Creativo, en su facultad de administrar ideas y recursos para la transmisión de mensajes debe conocer que su potencial como Diseñador Gráfico no se resume netamente a la creación estéticamente agradable. El diseño gráfico está evolucionando y hasta que no seamos conscientes de ello no podremos aportar lo suficiente para convertir el direccionamiento creativo en el nuevo eje del diseño con el que nos vean socialmente de manera diferente y donde seguramente el papel del diseñador dejará de ser técnico y se convertirá en pieza clave de los procesos de desarrollo de una empresa, un proyecto, una sociedad.

 

El diseñador gráfico debe conocer que su potencial no se resume netamente a la creación estéticamente agradable.

 

Para concluir quisiera dejar algunas ideas con las que se abre la discusión respecto a la Dirección Creativa. ¿Cuál es la nueva responsabilidad del Diseñador Gráfico como Director Creativo? ¿Podríamos establecer una clara diferencia entre el Director de Arte y el Director Creativo desde el Diseño Gráfico? ¿Qué cambios e implicaciones tiene para el Desarrollo Humano Sostenible esta nueva perspectiva del diseñador gráfico? Hay que aclarar que todas las profesiones están evolucionando, que los nuevos criterios sociales son referencia de la dirección que debemos tomar y que nosotros como diseñadores gráficos no debemos quedarnos quietos, existe la curiosidad, es hora de actuar. Definitivamente la Dirección Creativa resulta cautivadora si se mira desde el punto de vista de la evolución del diseño. Mi opinión, construir los procesos creativos implica una estructura disciplinada, invisible a simple vista pero evidente ante los resultados finales del proyecto. Ser un Diseñador consciente y responsable de los procesos de gestión no es fácil, implica dedicación, estructura, sincronización, motivación y disposición. La mayoría de los procesos creativos surgen en la indiscutible armonía que producen los procesos interdisciplinares. Es allí y únicamente bajo la disposición adecuada que surge como un brote la Dirección Creativa.

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Carlos Alzate

Diseñador gráfico y Productor Audiovisual de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano con amplia experiencia en los procesos conceptuales de diseño. Asesor en la consolidación de estrategias de comunicación que se generan en grupos multidisciplinares. Su enfoque es abordar los proyectos de forma grupal, direccionando creativamente los procesos de comunicación.

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