Una de mis actividades en la lista “por hacer” finalmente quedó marcada como hecha. En tiempos de cuarentena terminé el curso Comunicación para el Desarrollo Rural de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
Uno de los sectores que más impulsa a la economía actual, el de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, requiere profesionales con determinadas habilidades blandas. Entre las más solicitadas están: facilidad de comunicación, escucha activa y asertividad.
Un proceso creativo suele ser una serie de acciones coordinadas que de acuerdo con Graham Wallas en El arte del pensamiento es “el ejercicio de análisis mental cuyo fin último es comunicar”; se ejecuta de maneras distintas y en ocasiones resulta de ideas concebidas desde la espontaneidad del individuo, por cuyas habilidades se ha de perfilar como un creativo innato.
Puede argumentarse que el valor de un objeto equivale al precio que el comprador está dispuesto a pagar por él en un mercado competitivo. Este precio depende a su vez de factores como la escasez y los recursos necesarios para producir y transportar el objeto en cuestión. Pensadores como Marx sostenían que el valor radica en la cantidad de trabajo que requiere la producción de un objeto.