La comunicación se define como el intercambio de la información entre varias partes, con el fin de transmitir o recibir ideas, opiniones o pensamientos. Sin embargo, se debe entender que el concepto no solo refiere a un proceso único, jerárquico y unidireccional establecido, sino que también se enfoca en un modelo participativo que involucra las partes en el marco de la multiplicidad, promoviendo la identidad cultural y la participación sin barreras.
La economía política de la comunicación estudia las relaciones sociales frente a las relaciones de poder a través de la producción, distribución, circulación y consumo, en América latina se centra en el acceso y democratización de políticas públicas y la crítica a los dispositivos de control o de hegemonía que han marcado las industrias culturales, las relaciones y mediaciones que surgen entre la comunicación y la cultura, los diálogos existentes entre sí y las rupturas que se dan a partir de la hegemonía.
Una de mis actividades en la lista “por hacer” finalmente quedó marcada como hecha. En tiempos de cuarentena terminé el curso Comunicación para el Desarrollo Rural de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).
Uno de los sectores que más impulsa a la economía actual, el de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, requiere profesionales con determinadas habilidades blandas. Entre las más solicitadas están: facilidad de comunicación, escucha activa y asertividad.